Hará 2 semanas tuvimos cena de geriatras(o lo que seamos).El tinto era regio :un Villarrica de edicion limitada que disparaba nuestras boinas hacia el techo.Los manjares,gratos al paladar y a los molares y caninos.La compañía y la conversación,la verdad,la he olvidado,quiero decir que bien,pero no me acuerdo quien estaba a mi diestra (era una hembra de mi especie),quien a mi siniestra (otra) y enfrente creo recordar a Ismael Sobrón,Cristina la de supositorios Rovi (que financiaba el ágape) y el carismático dr.Burgos,hombre de buen yantar y requebrado por las mozas.
Finalizó el condumio.Acabó el café.Apuramos licores.Fuimos a un tugurio decorado con budas y velas.Bebimos cubata.Bebimos mojito.Quedabamos cuatro,dos de cada género.Fuimos a disco-bar.Adolescentes lo poblaban.Bebimos.Danzamos.Llevé a sus hogares a dra.Peñalva,dra.Rodríguez y dr.Burgos.Llegué a casa.Bebí el agua refrescante del arroyo y me fui a trabajar.
Llegué.Tumbéme en la cama que guardamos para Urgencias.Cerré con llave.Dormí dos horas.
Y comprobé el resto del día que la juventud,¡ay! ya se había ido y un cuarentón rollizo y sedentarizado no puede ni debe hacer el macaco de esas maneras.Y quédese esto aquí.
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